Infinito es el espacio que queda entre los suspiros y las palabras dichas, entre el placer y el dolor. La dualidad exquisita de los sobrenombres de las diferentes realidades que creamos en lugares inexactos de nuestras vidas. Infinito es el amor infrahumano, que no nace de nuestros corazones o nuestra mente, sino de esos trozos reconditos que ni nosotros conocemos. Infinito es lo que siempre se acaba. Lo que nunca regresa. Infinito es el todo y la nada. Es infinito...

martes, 23 de octubre de 2007

Apocalipsis Personal


El cielo se ha tragado todo

todo lo contenible

las razones necesarias para que todo ocurra en paz

para que las distancias no se deformen

y las sensaciones logren ser únicas.

El cielo ha pescado de una punta esta nada

y se la ha llevado como jugando a las escondidas,

riéndose frente a nuestros ojos:

desaparecen los días, las horas

los relojes toman esa inutilidad honesta de los vagos

y Lucía se pierde,

las hojas de sus libros le han tapado los ojos

y raspado la frente

le ofrezco lo único que parece ofrecible para ese entonces.

Lucía desaparece.

El cielo ha estornudado monedas y angustias

parece regresar a la manera de los yo-yo

arriba y abajo

abajo y arriba.

Nos escondemos bajo el mar.

El cielo ya no está.

El cielo también desaparece.