
La inconciencia es la que roza
las verdades genéticas
y espaciales
el conocimiento previo y natural
de tu lengua enroscada
en mi matriz universal,
dispara estrellitas puntuales
hacia nuestro espacio indeterminado
con la finalidad de un futuro nuevo
porque al comienzo de la nada
el vacío siempre abre sus alas
como mariposa en celo
y nos amamanta con certezas ineludibles
lógicas
para recordarnos la insignificancia
de nuestras lágrimas y gemidos.
Todo gira en círculos interiores
que nos llevan al respiro adánico
y a la manzana prohibida,
la originalidad esta pasada de moda
porque las bocas siempre se mezclan
y yo vuelvo al punto exacto
en donde no soy ni estoy
simplemente no existo.
Alicia me comió.