


Infinito es el espacio que queda entre los suspiros y las palabras dichas, entre el placer y el dolor. La dualidad exquisita de los sobrenombres de las diferentes realidades que creamos en lugares inexactos de nuestras vidas. Infinito es el amor infrahumano, que no nace de nuestros corazones o nuestra mente, sino de esos trozos reconditos que ni nosotros conocemos. Infinito es lo que siempre se acaba. Lo que nunca regresa. Infinito es el todo y la nada. Es infinito...
Infinito es el espacio que queda entre los suspiros y las palabras dichas, entre el placer y el dolor. La dualidad exquisita de los sobrenombres de las diferentes realidades que creamos en lugares inexactos de nuestras vidas. Infinito es el amor infrahumano, que no nace de nuestros corazones o nuestra mente, sino de esos trozos reconditos que ni nosotros conocemos. Infinito es lo que siempre se acaba. Lo que nunca regresa. Infinito es el todo y la nada. Es infinito...
A la vida le lame los suspiros
la feliz muerte
que se abre como una mariposa en celo
ante la enormidad de mis voces ocultas e innatas
chocando con las veredas
cunetas
dedos
“ya es hora de acostarse, mijita” me está diciendo Topoyiyo
tiene razón
y tú no
encontré los motivos
de esta vida nuestra, vuestra, tuya… mía
encerradas en esferas de sombras
en la hora de la verdad onírica y bestial.
(fragmento, dílogo, naihomig, 2006)
1 comentario:
Tienes algo bastante claro, amor.
Te amo.
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